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El lunes...¡NO empieces la dieta!

Actualizado: 3 jul 2023

¿Comiste mal el fin de semana? Si eso sucedió, es probable que el lunes te invadan los siguientes pensamientos tortuosos:

  • ¿Por qué me cuesta controlarme el finde???

  • Pensar que el viernes el jean me entraba cómodo, y hoy me aprieta...

  • Hoy, estoy a yogurcito light todo el día

  • A la tarde salgo a correr 37km y medio

  • Me voy ya a la farmacia a comprar digestivos

¿Te suena algo de esto? Si es así, seguramente el sábado te pasará esto otro:


  • Bueno, me reeee cuidé toda la semana... el finde está para disfrutar!

  • ¿Cuántas calorías tendrán esas salchichitas? Seguro que un montón... pero bueh... son tan ricas!

  • No puedo decirle que no a la pastafrola que trajo mi amiga. Ni al helado que hoy está en promo en con delivery. Ni a la picada. Ni a la gaseosa (ojo, que es light!).

  • La vida es una sola, después el lunes vuelvo...


Estas situaciones me pasaron mil veces. Estar presa de una trampa sin salida, de una puja entre dos bandos contrarios, y yo ahí: en el medio. Totalmente pasiva y yendo de un lado al otro del péndulo a merced de algo que no podía controlar.

¡Y claro que no podía controlar! ¿Sabés por qué? Porque la comida ultra-procesada llena de aditivos artificiales rompe totalmente con la química de nuestro cerebro. Distorsiona nuestro paladar, nuestro centro de saciedad, nuestros circuitos de recompensa, nuestra flora intestinal. ¿Sabías que los hongos y parásitos de nuestro cuerpo se alimentan de azúcar? Ahora entendés por qué sentís que "hay algo" que me pide comer harina y dulces sin parar.

¡HAY UNA SOLUCIÓN!


¿Te cuento algo? Yo pude LIBERARME de esta trampa cuando reemplacé comida ultra-procesada por comida natural y cuando aprendí a combinar y balancear. Nunca más volví a sentirme en medio de esa encrucijada tóxica.

Para hacerlo, trabajé en 3 áreas:


1) El conocimiento racional sobre lo que estaba comiendo:

Entender la composición de los alimentos y sus efectos me ayudó a ver la comida de otra manera y así pude aprender tácticas fáciles y útiles para poner en práctica.

2) Apoderarme de la cocina:

Recuperar ese liderazgo que alguna vez cedí a la industria alimentaria, siendo YO la que decide qué cocinar y comer, porque nadie sabe como yo lo que me hace bien.

3) Enamorarme de esta alimentación:

Siempre digo a las personas que asesoro que, por más recetas y técnicas de organización que te pueda enseñar, si no te enamorás de esta forma de nutrirte, el envión de comer sano dura menos que un romance de verano. Para que trascienda, tiene que convertirse en un amor para siempre.

Si sentís que algo de todo esto aún te falta mejorar, acá estoy para ayudarte.


Gracias por leerme,

Vero

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